Y allí estaba yo, mirando cada rincón de la que sería mi segunda casa en Londres. Tímidamente recorriendo cada parte de la academia, prácticamente enamorándome de aquel lugar y mirando el reloj a cada segundo hasta que fuera la hora de llegar a clase.
Se encontraba en el segundo piso, recuerdo la moqueta gris del suelo y en frente de mí una puerta roja con una ventanilla circular en ella donde poder observar la clase desde fuera, entonces comenzó, mi corazón se aceleraba por momentos, mi respiración cada vez más rápida; era una mezcla de miedo, vergüenza, “donde me he metido” y ¡¡ADELANTE!!.
Recuerdo entrar en la clase la primera (como casi siempre suelo hacer), sillas negras casi alrededor de toda la clase, moqueta gris oscura, a la derecha unas ventanas gigantes que daban a Picadilly Circus, las vistas eran maravillosas, ver esos autobuses de 2 plantas, los taxis negros, el murmullo de la gente, ….. Quería estar cerca de las ventanas y así lo hice, me senté en el lado de las ventanas. Más o menos en frente de mí estaba la pizarra, una pizarra digital, la primera que había visto, y me causó mucha pero que mucha curiosidad.
Fui cauta, era mi primer día y no quería tener bronca, aunque tampoco creo que me hubiera enterado mucho.
Para esta primera semana cultural no teníamos adjudicados ningún nivel, éramos todos una mezcla de ellos. En el examen previo a la matriculación que hice había salido que era Pre-Intermedio Bajo.
Comenzaron a llegar más estudiantes, se iban sentando poco a poco, iba llenándose el aula mientras yo observaba y decía “Hello” o “Hi”, todos teníamos la misma cara, una mezcla de timidez y felicidad. De repente entró alguien, parecía joven, iba desaliñado, recuerdo perfectamente sus zapatillas de baloncesto, unos vaqueros rasgados y una camiseta de deporte, era rubio y alto. Mientras esperaba a ver dónde se sentaba, este se limitó a quedarse de pie, dejar unas cosas en la mesa y mirarnos….ERA EL PROFESOR!
Se presentó, su nombre era Frank Brown. Desde el primer momento nos dio muy buen rollo y se notaba que la semana sería divertida.
Lo primero que hicimos fue presentarnos cada uno, decir de donde veníamos, que nos gustaba y cuánto tiempo estaríamos allí. Por desgracia no recuerdo a todo el mundo pero si con los que más contacto tuve durante esa semana: 2 españoles, 2 francesas, 1 china y 2 brasileñas.
Frank repartió unas hojas de vocabulario sobre moda, ropa y accesorios. Y luego nos explicó cómo sería nuestra semana cultural, la verdad es que no tenía ni las más remota idea de que sería taaaaaaaaaaaaaaaaaaan sumamente genial.